2/23/2009

Me dejo llevar por las palabras, cuando no hace falta entenderlas, cuando el sonido es simplemente dulce y da igual lo demás... Lágrimas que recorren un rostro forzado... Mon p'tit coeur toujours ouvert à ce qu'on appelle vie, sin embargo apenas balbuceas tus primeras vocales. ¿Siempre fue tan difícil unirlas con consonantes? Banda sonora de piano, nous arrivons... En el silencio de la noche simplemente notando cómo el tiempo cruza por mis poros.



Nadie preguntó cuándo ocurrió, nadie sabe cuándo... sólo sucedió. Un día empecé a quejarme a decir que no estaba bien a exigir un cambio... en mitad del todo la princesita llorando en un pajar. Con el pelo revuelto y el vestido lleno de rastrojos, la niña que te mira pidiéndote un abrazo. Los amigos están para cuidarte.

Ya nada tenía el valor de ayer. Ni las esquinas se abrían a cafés con leche y cruasán ni echaba de menos que lo hicieran. Simplemente seguía jugando mis cartas. Maquillándome cada día antes de saltar de la cama, poner la sonrisa en casa y que nadie sospechara nada. Hablar de operaciones, enfermedades, compras, juegos de mus, clases, libros y exámenes; la cosa era hablar por no callar. Entonces venían las preguntas y no merecía la pena contestarlas; llevaban a paredes triples que no llevaban a ningún sitio. Las verticales nunca se te dieron bien. Las calles nunca estaban lo bastante lejos ni eran demasiado largas; las convertí en una forma más de gastar la energía que me recargaba la inactividad. Tras tantos dientes siempre había una mancha roja que se abría como una rosa seca.

Mantener el tipo. De eso se trata siempre. Y escapar, algunas tardes, al hueco que me habías alquilado a bajo precio; descansar así, sin decir nada... dejar que todo fuera abstracto una teoría en la que las cosas cuadrasen aunque no cuadrase nada eso era lo de menos lo importante era estar poder descansar sin cargarte a ti con nada solo ser ahí en ese lugar enmarcado por la estructura de madera que sujetaba el colchón.

El pensamiento era unívoco tienes que estar bien, tienes todos los motivos para estar bien. Ni siquiera sabía porqué pedía el café sin crema y me empeñaba en pagar muy juntos.

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