5/27/2009

Referentes (I)

Casi lo consigo...
Casi llego hasta tu puerta y me cuelo en tu casa.
Casi me deslizo bajo tus sábanas mientras estás en el baño.
Casi te acostumbro tanto a mí que ya no te extrañas de que esté.
Casi que no.
Casi que, mejor, te espero en los manantiales, porque apetece refrescarse antes de dar una vuelta.
Casi que, mejor, nos buscamos por el parque. Yo andaré en la bici, tú no te despistes.
Casi que, mejor, nos leemos entre los otros. Si nos cruzamos y no te digo nada, a lo mejor no te he visto, no sé porqué me olvido las gafas a menudo y sabes que, de lejos, no veo un piojo.
Casi que, mejor, nos llamamos y quedamos. ¿Te apetece un cine? ¿algo al aire libre?

5/25/2009

Te quiero.

Se me cae la lágrima por el ojo izquierdo;
el derecho, yo no sé porqué, no sabe llorar.

Vibra, vibra, vibra... y el eco del GONG se oye...
Vibra, vibra, vibra... y una sonrisa se dibuja...
vibra, vibra, vibra... y las cosas van, que siempre es mucho.

5/17/2009

Micropoemas de Ajo (II)

La incongruencia de las palabras es que los matices de los referentes son siempre individuales.



















Entonces pensé que nadie pide cuentas por las cosas buenas.

5/13/2009


El mundo se reconcilia, dos avestruces hacen las paces, aquí o allá todo el mundo se saluda, se da un beso, se quiere. Tú te quedas en tu rincón, esperando, por si acaso... Hoy tampoco tenías ganas de ser social.









Foto: Red Maestros de Maestros.

5/12/2009

De B. a A. (I)

Estaba sentada con el ordenador sobre las piernas, la mirada perdida en la pantalla y recuerdos... muchos recuerdos que giran creando movimiento. No quería fumarse un cigarro y no hacía más que pensar en el último porro con B. Joputa. Le echaba de menos. Lo hacía de un modo diferente al que ella misma conocía. La habían llamado mojama, siesa y palo seco. Pensó que tenía gracia. Siempre se había visto así. Y no lo era, por lo menos eso parecía cuando añadieron: cachonda mental, show con patas, descubrimiento. Un día descubrió que no quería estar triste. Empezó a echar de menos, simplemente. Era soportable. Aunque dolía cuando pensaba en que tardarían mucho en verse o cuando dejaba que la pequeña le recordara que él estuvo muy cerca y no quiso acercarse más. Pero A. hacía bizcochos con esas cosas... unos bizcochos que sabían a limón y a fresa, tenían olor a mora y hacían carantoñas en los estómagos.

5/08/2009

Sólo tenía los pies para andar
y no me parecía poco.

La tecnología sensual



Tecnología...

5/05/2009


Open the door and switch off the light


Siempre te espero despierta con las canciones abiertas a tu boca rezando en ruso para que no me oigas. Luego me quejo cuando no me entiendes. Cuando me reconoces y me rechazas, me duele y lo acepto, pero desearía cortarte los cojones en tantos cachitos que no fueses capaz de distinguir qué pertenecía al escroto y qué al glande.

Pues eso.