5/27/2010

Me siento rara notándome los huesos. Antes no me los notaba. Notar tiene la palabra no dentro. Y dicen que no es bueno. Que cada uno entienda lo que pueda. Es lo mismo que el cerebro. El cerebro tiene que pensar que para eso está hecho, si uno no le da ocupación él se lía a pensar sus cosas y entonces vienen los problemas. Pero claro es que hay que pensar y sentir, porque si uno sólo piensa y no siente, la lía parda y acaba en un berenjenal que no te menees. Pero si uno sólo siente y no piensa también, así que menudo arreglo tiene esto. Estar atento, atento a todo, porque a veces las emociones son sólo emociones y emoción como todo el mundo sabe es momentánea y pasajera. Luego se acaba o, lo que es más exacto, cambia y volvemos a tener el lío. Y una madeja con mucho lío acaba haciendo nudos y los nudos no se quitan estirando flojito, no. Los nudos, para deshacerlos bien, suponen dejar todo en lo que se está y sujetarlos con dos deditos y tirar un poquito del centro y lentamente ir abriendo hueco. Para eso hace falta paciencia y tiempo. Según el nudo claro, no es lo mismo el nudo de un hilo de algodón que el del pelo de una niña de tres años. Para los suspicaces, el de la niña es mucho más importante. Así que si me lo permitís, voy a desenredarme.

5/25/2010


-Te envidio
-¿Por qué?
-No tienes los ojos húmedos.
-Ya. Si me los quito, podemos jugar con ellos...




Imagen vista en: Fiesta fácil.

Tierra y agua hacen barro

Nunca se le dio muy bien correr. Se le enredaban las piernas y caía de bruces al suelo. Sí, como el señor de la foto, exactamente igual. No necesitaba barro, pero cuando lo había todavía se enredaba más y caía mejor. Se le daba bien, lo de caer digo. No necesitaba a nadie que la empujase. El pie derecho ponía la zancadilla al izquierdo y al revés, todo muy cooperativo. Si había llovido, aprovechaba, por supuesto, hundía demasiado el pie y así no había quien saliera. El barro se le metía en la nariz y en la boca y, claro, no le dejaba respirar. Ella se ahogaba, pero bueno, son cosas que pasan. Cuando otro corredor pasaba a su lado le decía lo bien que iba, lo que podía lograr, lo buena que era. Y ella con los brazos hundidos por intentar levantarse sintiendo deslizarse por las piernas nosémuybienqué asentía con la cabeza, tragando más barro. Así no se puede. Al final hincando una rodilla en una profética piedra (y despellejándosela de paso) y un codo en la profundidad un poco más seca lograba incorporarse, hecha un cristo, eso sí, pero incorporada, oye. Y volvía a levantarse y volvía a correr y se volvía a caer... Claro, era lo esperable, tardó mucho en darse cuenta de que se le daba mejor andar. La cosa es que ella quería correr como si fuera una gacela, pero era un elefante. Un elefante torpe para más señas. Claro, pon a un elefante a correr entre los pasillos mínimos de los comercios cutres: todo se va al suelo. Y ese acabó siendo su lugar, el suelo del barrizal, buscando la piedra profética de turno. . . Hasta que un día, doblemente hundida, casi ahogada por el barro, al levantar la vista, hete aquí que había una mano que le ofrecía su ayuda. Hete aquí...


Imagen vista en: El camino hacia

5/24/2010

Menuda colección

Suelo olvidarlo... pero cuando estoy sola y la coraza ya no tapa nada... duele y se clava en la base con una aguja que hunde pero no traspasa... menuda colección de penas guardadas debajo de tanta comprensión... seguiremos sin decir nada hasta que pueda volver a ocurrir, el apoyo, el descanso, el cariño, los mimos, tu nombre y la desnudez; al final, siempre la desnudez.

5/21/2010


Son sólo las 9:34 y, sin embargo, ya es muy tarde.

Lágrima (II)

Ya está. He hecho PUM. Y he abierto los ojos. Y he reconocido el mundo que estaba acostumbrada a ver. Y ya está. Nada duele tanto. Era sólo tu mirada transplantada a la mía. Me ahogaba la garganta tu lengua. Y ya está. Ya ha pasado. Vuelvo a ser la chica del fondo a la que no veías. Puede seguir diciendo tonterías que no llevan a ningún sitio. Todo el mundo mira a las chicas tristes, pero nadie se atreve a tocarlas, temen que sean volátiles. Ellas, a veces, se lo creen.
La clave está en la frase: "La lágrima de una mujer divide el mundo en dos." De la tierra partida sale el fuego que me quema los pies y me pone en movimiento.
La lágrima de una mujer.

5/20/2010

Yo...

...estoy recogiendo todas las lágrimas. Tengo mucho cuidado, procuro no dejarme ninguna.
Estoy recogiendo todas las lágrimas y metiéndolas en bolsitas blancas.

Ahí se me escapa otra...

5/18/2010

Siempre la misma asignatura para septiembre




"Las cosas que no te pude responder" Marwan

Sólo silencio

arena cal arena

Una de cal y otra de arena. Una de cal y otra de arena. Una de arena y otra de cal. Una de cal y otra de arena. Una de arena y otra de cal. Doble ración de arena. ¡Venga esa cal!
Con tanto cambio al final no vas a saber qué darme o no voy a saber qué coger yo.

5/17/2010

Reinterpretando IX

Desde Antes de que cuente diez, "Me acordé de ti" del Sr. Fito Cabrales y sus Fitipaldis.

Tal vez sea esta la canción, la que nunca te escribí... qué será de ti. Yo me fui no sé hacia dónde y yo solo me perdí. Hay un niño que se esconde siempre detrás de mí. Y la vida te dará de este cuento más de la mitad. Soy mentira. Soy verdad. Mi reflejo vive preso dentro de un cristal. Cada frase que escondí... Tú acuérdate también de mí. Nunca se para de crecer, nunca se deja de morir.

A veces no sé ni para qué me molesto. Sé que dentro de dos segundos vendrás con las gafas de ver bonito y me harás cambiar de opinión; pero, de verdad, que a veces no sé porqué me molesto.

5/16/2010

Lágrima

Te voy a regalar una lágrima.
¿Qué harás con ella?

5/15/2010

I, II y III

I
Me miras. Inexpresivo. Casi... Serio. Sí, esa es la palabra. Me miras serio. Y a mí me llevan temblando las piernas un rato. "¡Anda!" Te miro estupefacta. "¡Venga!" Y miro la montaña desde los pies hasta la cima. Y te miro. "Pero, ¿cómo voy a subir eso?" Tú me miras más estupefacto aún "Pones una mano aquí y un pie aquí y vas trepando" Y eso es lo que haces: empiezas a subir como si lo hicieras todos los días. Y te miro. Y pienso "Pues a lo mejor, yo también". Y la primera pierna que muevo me pesa horrores y buscar otro saliente me da vértigo aunque estoy a ras de suelo. Desde arriba: "Sigue" y yo sigo. No sé muy bien porqué, pero sigo. Y coronamos la cima. Y todo parece haber sido tremendamente fácil.

II
Ando despacio. Ya no estás tan cerca. Hace un sol radiante. Quiero disfrutar de esto. Me agacho y cojo margaritas. El sol brilla deslumbrando el horizonte. El azúcar se esnifa con el aire. La piel está caliente y la playa cerca, pero todo sigue siendo verde. Y de pronto: un desfiladero ¿QUÉ COÑO HACE AQUÍ UN DESFILADERO? Me acerco hasta el borde. Y me asomo. Y qué vértigo sin bajar los ojos. Pero quiero saltarlo. Así que balanceo un poco los brazos y doblo las rodillas. "Daré un salto patatero y ya está". Y sigo balanceando los brazos. Y sigo. Y con la certeza de ser ridícula, me yergo y, entonces, te veo. Tu estás al otro lado En la orilla. Nos separa una grieta en la montaña. Me miras atento. Me dices que esperas. Y la grieta se sobredimensiona. La distancia se vuelve real.

III
Me pregunto cuánto puedes esperar.

A mí, que siempre se me cae la aguja cuando intento enhebrar el hilo, me dicen que me toca ahora abrir puertas.
A mí, que me tiemblan las muñecas cuando me aguanto los puñetazos, me dicen que soy guapa por la calle.
A mí, que las neuronas me hacen corticircuito cuando nos cruzamos y no me lo espero, me dicen que hablo sin sentir.
A mí, que me he cansado de esta montaña, me dicen que puedo con todo.
A mí nomás me apetece tumbarme a tu lado y fumarme un cigarro. Y que el mundo pase. Y que no cuenten con nosotros.

5/12/2010

mezcla

Tócame despacio.

Tócame rápido.
Tú, tócame despacio para sentir que estás aquí.
Tú, tócame rápido para que no me desintegre.
Pero todavía no os mezcléis.
Todavía no.
Tú, mírame a los ojos.
Tú, mírame a los ojos.
Haced lo mismo,
pero todavía no os mezcléis.
Todavía no.