300 entradas

300 entradas y orgullosa de todas y cada una de ellas.
(No celebré el primer aniversario de este blog, pero ahora toca reflexión y discurso sobre el tema).

Creé la mirada del reflejo con la sana intención de recordarme a mí misma cómo estaba viendo mi vida, mis errores, mis aciertos, etc. Fue allá por junio de 2006, cuando vivía en Jena (Alemania). Al principio no quise decir mi nombre, luego me atreví a colocar mi rostro tras darme cuenta de que lo primero que veía al mirar un espejo era mi propia cara. Escribo con la misma intención que al principio, poder recordar cómo veo el mundo. Pero esta visión ha cambiado y me gusta más ahora (más que ayer, pero menos que mañana); de una existencia gris a una vida en color. Gracias a todos los que pertenecéis a ella.
En 300 entradas los cambios se han ido sucediendo en mi vida, más o menos rápido. Hombres me olvidaron mientras yo les echaba de menos y olvidé a otros mientras (supongo) ellos me echaban a mí de menos o de sus vidas, según el caso. Leí muchos libros, tomé muchos cafés y (re)descubrí a múltiples y diferentes personas. Todo eso ha sido importante, pero sobre todo el olvidar, el cambiar la perspectiva... Eso me ha hecho feliz y orgullosa poseedora de un brillo diferente en los ojos. Estoy contenta de seguir escribiendo, de que haya gente que me lea y de poder responder. Estoy contenta de que exista La mirada del reflejo y deseosa de seguir usándola y viendo a través de ella.
Hoy, le regalo mi sonrisa, porque se la merece.

Las fotos muestran la que era y la que soy. Parece que, por fuera, el cambio no ha sido tanto ¿no?