2/03/2010

A veces yo también tengo ganas de vomitar, de abrirme el estómago por el ombligo, rasgando si se pudiera la carne en dos, ver mi cuerpo abierto, mi sangre desparramada, mis tripas al descubierto. Vivir una explosión interior que signifique renacer, porque me harta tanto aguante por dentro.

Ahora vendrás y dirás que lo que necesito es un buen polvo. Y ¿quién soy yo para negarte eso? Claro que necesito un polvo y no uno, dos, tres o treinta y seis. Una buena sesión de sexo para salir con más ganas de reventar el mundo. De decir dos cositas, de callarme treinta y cuatro. De soltar un libro en cada hueco que vea. De pintar mazorcas de maíz en el asfalto. De contarte las pecas que no se ven. De escuchar rap y heavy. De darte un piquito. De presentarme en el juzgado el día de su boda. De salir. De dejar una cara rota sólo con mirarla. De gritar a una imbécil que es imbécil. De saltar sobre una espalda y hacernos una foto. De ir a la plaza del Pilar y girar y girar. De dar una respuesta cuando me pregunten.
Sólo son más ganas. Todo eso lo puedo hacer también.

1 comentario:

SüRiLüRi dijo...

Hola guapa, me da a mi que será por la Iglesia...