3/09/2009

Exhibicionista (II)

... ella es más rápida.

P. viste para la ocasión un vestido verde. A I. le encanta. Pasean, en el pelo de P. se deslizan bailarinas árabes y la lengua de I. no deja de moverse. De lo que busca sólo encuentra un par de sonrisas y alguno asentimiento prófugo. Cenan en un pequeño bistro no muy caro en la zona que la guía señala como una copa (o dos). I. se empeña en pagar la cuenta y P. se niega; es más rápida y el camararero recibe antes su billete que el de I. "Tú te encargas de lo demás": no es una oferta ni una proposición. Quien paga elige y empiezan la noche en un bar de película en blanco y negro, con el piano, el pianista y una rubia deprimida que se compadece de lo visitado de su entrepierna alargando las vocales y olvidando los sonidos guturales myyyyyyyyyyyy heeeeeeeaaaaaaaart iiiiiiiiis broooooooooookeeeeeeen. I. parece estar esperando algo y divide su atención entre la voz desgarrada que emerge del escenario y los ojos cerrados de P. que mueve la cabeza suavemente siguiendo las notas más graves del piano.

1 comentario:

anica dijo...

Me ha encantadooooooooooooooo
La rubia, vaya pedal jeje

Mua