"Recordaba la primera vez que le besó, apenas tenían catorce años, compañeros de pandilla desde los doce, aquel día él estaba más mayor que de costumbre y ella más nerviosa, más colorada y mucho más hermosa. Aquel beso dulce con sabor a agua salada, cuando ambos se metieron al agua por la noche, persiguiéndose, como los niños que eran...
Hoy, aquella preciosa niña se había casado con su mejor amigo y él estaba allí preparado para tirarles el arroz"
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