Hablando de... Quique González

Ya he publicado alguna de sus canciones...
Pero hoy sólo lo escucho. No quiero ver sus letras escritas; no esta noche.

Hay canciones que marcan un momento de nuestras vidas, hay artistas a los que seguimos esperando encontrar algo y a los que acabamos olvidando. Pensé que Quique era uno de ellos.
Empezamos nuestra relación hace varios años, cuando él acababa de publicar Salitre48 y yo pretendía ser mayor. Llegó a mis manos y se convirtió pronto en uno de mis discos favoritos. Luego llegó Pájaros mojados que grabé en una cinta y oí en muchos de mis paseos nocturnos por la ciudad, cuando acababa de sacarme el carnet. Fue también la época de Elefantes y de acallar muchas lágrimas con la almohada. Después fueron llegando el resto de los Cd’s aunque nunca significaron lo mismo que el primero.

Quique y derrota han sido casi sinónimos en mi vida. Casualidades (o no) amé a alguien con ese nombre y otro de mis cantantes favoritos también se llama así Enrique (Quique) Bunbury.

Esta tarde en el coche empezó a sonar y fui incapaz de cambiar la canción. Cada nota resonaba en algún lugar de mi cuerpo sin saber bien cómo ni porqué de repente volvía aquella sensación.

También compartí con una amiga esta pasión hasta que la enfocó a otro lado y si te he visto, el recuerdo ha cambiado. Una vez incluso cenamos junto a él. Otra vez me escribió una de sus canciones como despedida/enfado. En la última comunicación si lo sabía, no me dijo que tocaba hoy.

Ahora no puedo quitarlo... Todos sus cd’s sonando un corte tras otro en el reproductor del ordenador. Tengo ganas de llorar. Soy incapaz.

¿Alguna vez habéis deseado tatuaros una canción?

Imagen vista en: Al caer el sol