La taberna del Nadal... La taberna de Antonio.
"¡Cierran La Taberna!". La noticia me ha sacudido como un golpe seco, a pesar de que no es la primera vez; parece que esta va a ser la definitiva. La Taberna del Nadal es un bar situado en el "Casco Viejo" de Zaragoza. No se trata de una de esas cafeterías entrañables, donde la gente se reúne a todas horas. Más bien, los fines de semana y días de salir se encuentra allí (o más bien se encontraba) una gran familia de amigos, amigos de amigos y conocidos varios. He tenido la suerte de formar parte de ese lugar durante tres estupendos años.
Allí he pasado momentos memorables... Allí te ví por primera vez, allí lloré por ti, allí te eché de menos y disfrute de ti y contigo mucho más que en cualquier otra parte. El día que me abrieron la puerta hacía frío y me encontré con un montón de gente que, poco a poco, se fueron convirtiendo en compañeros de marcha, con los que hice locuras, con los que me reí y parte de los que me hicieron uno de los regalos más bonitos de mi vida estas últimas navidades. Todos han ido desapareciendo, poco a poco.
Recuerdo a V. y N, pareja con la que he pasado algunas de las cosas más lindas y por la que me he sentido siempre muy apoyada. Incluso N. me regaló unas fotos para dar una sorpresa a B. Hace mucho que no sé de ellos... ojalá la noche o el día nos vuelva a cruzar.
Recuerdo a R., a C., a G., a M., a S., a C2, a B., y otros muchos nombres y muchas más caras sin más concreción.
Especialmente ese lugar está ligado a tres personas: BO, BV y A... en gran medida también a M, pero a ella la anexé/adjunté yo... así que es un poco diferente.
Todos dejaron de estar por allí menos A. que es/era el camarero y noche tras noche (a veces pasaban meses entre una y otra visita) seguí allí dispuesto a dar un abrazo de oso a esta viciosa del cariño. A. es más o menos diez año mayor que yo y para mí se convirtió pronto en mi "protector", aunque nunca se lo he dicho y él lo sabía.
Valga esto como humilde homenaje sin datos... que he aprendido de las paredes a callar los recuerdos más bonitos.
La foto es de una de las últimas grandes noches que allí pasé. Salen las fotos, la tarima, una copa, una flor... falta sólo la barra dónde estabas tú. Gracias A, Mil gracias.
Hoy allí se celebra la última noche. No estoy porque mañana tengo que madrugar... Será que yo también me hago mayor y me vuelvo responsable.
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