Días de exámenes
Estoy agobiada. Muy agobiada. La razón: estoy de exámanes y, como siempre, me ha pillado el toro no, todo el encierro de San Fermín ¡¡enterico!! Con la calma; mañana tengo que entregar un trabajo al que llevo dándole vueltas más de un mes y del que no consigo sacar nada claro... (Dra. Cultupragma si algún día llega a leer esto espero que sepa entenderme). Consiste en aplicar una teoría a una situación lingüística... el problema es que soy capaz de aplicar todo el resto de teorías excepto la que yo elegí para hacer el trabajo (que lo peor es eso, que encima lo elegí yo. Esto significa que además de poco constante, tonta). En fin, lo dicho que tengo que entregar un trabajo que todavía no sé por dónde coger. El miércoles tengo un examen y el jueves otro. Y evidentemente, los llevo fatal... las últimas semanas he estado estudiando o al menos, intentándolo, porque no he conseguido concentrarme más que un par de días (que de 20, tiene narices) y ninguno más de tres horas. No sé qué será de mí después de estos días (venga tildes en la frase), pero yo quería escribir una entrada sobre cómo los humanos negamos la evidencia de señales que nos lanzan los amigos pidiendo ayuda sin pedirla... En fín, suena el despertador de la conciencia hay que seguir... El decir y lo dicho... Anscombre y Ducrot...Carmen y Alberto, y el pragmático que vivía en el sexto...y de fondo Sabina, hoy sólo puedo escucharle a él
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