De mis manías a la hora de escribir
Ando pensando qué escribir en el blog, tengo la sensación de que hace muchísimo que no lo hago... Como si el reloj se hubiese puesto a correr y... apenas ha pasado tiempo. Es algo normal, supongo, cuando una se dedica (como yo) a escribir casi en cualquier lugar: bares, cocina, baño, casa, cama, autobús, clase... Antes solía hacerlo en servilletas porque casi nunca llevaba papel... Mi bolso aparecía luego con seis o siete papelitos arrugados, legibles difícilmente... ¡qué tiempos aquellos de las servilletas, los posavasos, los panfletos de propaganda...! Ahora hace varios meses que uso una libreta Moleskine.
(Si alguno está pensando que soy otra pija bohemia de esas de... "Porque YO escribo en MOLESKINE" a las que la boca se les hace agua diciendolo y tal... pues va a ser que no)
Escribo en una Moleskine por accidente. Mi padre, gran amante de ciertas tradiciones-curiosidades (Sin duda una de las cosas que enamoró a mi madre o que él aprendió de ella, todavía no lo sé) me la regaló un día con una gran sonrisa
"-Es la libreta de los viajeros- Creo que fue antes de irme a Alemania o esas navidades.
-¿Ein?-Si es que mi capacidad de reacción y de asombro es única.
-Sí, mira tienes la historia ahí-"
Y efectivamente, dentro de la libreta en un papelito fino te cuentan la historia de Moleskine, en 6 idiomas... y como, al igual que a mis padres, a mí, estas pijaditas me encantan... pues me gustó mucho la idea... Claro que una cosa es que me gustara la idea y otra que me resultara cómoda. Mi primera Moleskine tenía las hojas rayadas y a mí eso nunca me había gustado, tiendo a hacer la letra grande y me resulta incómodo el poco espacio que me dejan; luego estaba el tema del boli... no todos los bolis escriben bien en todos los papeles... Bueno, no todos los bolis escriben como a mí me gusta en todas las superficies... Tardé bastante en usarla, algunos ratos aburridos en Jena, pero nada formal... Hasta que volví. Los días anteriores, con la casa empaquetada y el pensamiento acelerado dediqué múltiples ratos a escribir. Desde entonces, siempre me acompaña y la uso casi todos los días para escribir una cosa u otra. En Enero murió... y Mar me regaló otra... Aunque la pobre no sabía cómo la quería... así que la compró cuadriculada y me encanta usarla igual :D.
La verdad es que no me gusta por ser Moleskine, no voy a negar que eso le da un toque de tradición artística... pero vamos, que las venden en un montón de sitios, que no soy ningún ser especial por tenerla. Me gusta porque me resulta cómoda, las hojas están encuadernadas de tal manera que es muy fácil escribir de un lado a otro del papel, tiene el tamaño suficiente para hacerlo y no es grande como para resultar un incordio llevarla en el bolso. He tenido muchas libretas, cuadernitos, cuadernazos... etc que se han paseado por Zaragoza conmigo y la mayoría presentaba alguna incomodidad menos salvable que la de rayas y cuadrículas... Unas cuantas las guardo con un cariño especial porque han sido regalos y todas tienen su propia historia... Ahora le toca a la Moleskine aguantar mis impulsos sobre el papel, las rarezas de mi pensamiento, algunas cosas que nadie lee...
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