Podéis iros y dejadme
Podéis iros y dejarme sola. Estoy acostumbrada. Siempre hacéis lo mismo. Podéis iros y en la despedida no escuchar ni una sola palabra de lo que estoy diciendo, podéis no preocuparos de cómo estoy o de qué siento. Podéis no querer entenderme. Podéis despreocuparos completamente de mí. Porque ya no sois necesarios, nunca lo habéis sido, ahora parece que solo quisistéis compartir conmigo migajas. Podéis iros y dejadme sola, pero no quiero que lo hagáis, aunque siempre lo hacéis
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