9/15/2010

Fin (The end)

¡Qué complicado es esto de despedirse!

No me apetecen florituras ni tengo la piel para exploraciones. O hacemos esto bien o no lo hacemos. Pero bien no tiene un significado muy claro; así que vamos a hacerlo fácil.
Este blog se acaba. Aquí mismo. Esta es la última entrada.
Entre publicaciones y borradores hay más de ochocientas. Según su propio contador 888. Capicúa. Hay quien dice que eso es importante. Sinceramente, me da igual.
Lo dejo porque ya vale. La mirada ya no nace del reflejo. La mirada es mía.
Acabo como empecé, con el corazón encogido y con las maletas a medias.
Grata fue la compañía. No me olviden del todo y, si lo hacen, no me lo digan; me daría mucha pena.
Yo procuraré no olvidarles. De hacerlo, no se lo diré. Será nuestro trato.



8/31/2010

Drummie

Levantarse al toque del Gallo

y, ya que se sale,
poner la acera y el asfalto.
Tú que llegas, cuélgame ese farolillo
que alguien tiene que alumbrar tanta calle muerta.
Darle vuelta a los cuerpos
madrugarte las penas
encenderte el mordisco de vampiro
saber que hay algo que contar.
Demasiados imperativos.
Yo, que quiero jugar a ser mayor
y bailar el Lago de los Patos
de tu cama a tu sofá.
A latidos voy cerrando
la puerta de acceso al mundo
y me empeño en pintar de otros colores
la soledad marrón de estas noches.


Vanlat


8/26/2010

Me gusta cuando eres el causante de mi sudor y nuestras pieles emborrachadas se chocan una con otra. Pero esta noche no, esta noche el calor no viene de dentro sino de fuera y mi brazo se pega a mi pierna y mi pie a mi rodilla y todo es apagado, tranquilo.

Porque me encanta que me rodees con los brazos. Nunca había conocido a un abrazador tan bueno. Me pierde que cierres los ojos mirándome de frente, pegados. Me pierde tu boca que engancha. Me pierden tus manos.
"Ahora es tiempo de fresas y besos". No hay fresas.

7/21/2010

Otro adiós

Recojo mis cosas y me marcho, me gustaría oirte cantar esta canción

Aspiro a poder elegir cada noche como me duermo. Y a que sea verdad.


7/19/2010

corta, salta, gira, pinta, sube, baja, pedalea, acelera, friega aquí, dale un poco ahí, cocinando tardecitas al sol, bebe, fuma, sincera, habla, cotillea, reproduce, ¡cuántos besos!, esta noche nos vemos.

7/02/2010

Yo también te imagino: desnudo y siendo romántico. Deslizando apenas los dedos por las marcas suntuosas de su cuerpo. Te imagino recorriendo su geografía y siendo poético. Y me aburro.

6/29/2010

Hoy me pareció verte por la calle. Estaba tan segura de que eras tú que hasta me quité las gafas por si no me reconocías. Pasaste a mi lado sin ni siquiera mirarme. Bueno, tú no, el clon con el que coincidí en la calle. Aunque, ¿sabes? ella tenía cara de llamar a sus amigos.

6/24/2010

Lucecilla de San Juan

El inconveniente de la vida es que siempre tiene el mismo guionista.


-La luna sale todas las noches buscando carnavales.
-Hay una que no. Hay una que descansa
Y las máscaras caen al suelo y los rostros se muestran en la oscuridad.



6/03/2010

Ven

Tráeme tu boca, tráemela que me falta. Tráeme tus labios y tu cuerpo, no me dejes sola esta noche y acompáñame. Ven, no temas nada y teme todo a la vez. Si quieres, cógeme de la mano; no me importa. Casi lo prefiero. Cógeme de la mano y te haré cosquillas en el antebrazo. Ven, tráeme tu boca que las noches se me alargan como espirales sin sueño. Ven, esta noche.

5/27/2010

Me siento rara notándome los huesos. Antes no me los notaba. Notar tiene la palabra no dentro. Y dicen que no es bueno. Que cada uno entienda lo que pueda. Es lo mismo que el cerebro. El cerebro tiene que pensar que para eso está hecho, si uno no le da ocupación él se lía a pensar sus cosas y entonces vienen los problemas. Pero claro es que hay que pensar y sentir, porque si uno sólo piensa y no siente, la lía parda y acaba en un berenjenal que no te menees. Pero si uno sólo siente y no piensa también, así que menudo arreglo tiene esto. Estar atento, atento a todo, porque a veces las emociones son sólo emociones y emoción como todo el mundo sabe es momentánea y pasajera. Luego se acaba o, lo que es más exacto, cambia y volvemos a tener el lío. Y una madeja con mucho lío acaba haciendo nudos y los nudos no se quitan estirando flojito, no. Los nudos, para deshacerlos bien, suponen dejar todo en lo que se está y sujetarlos con dos deditos y tirar un poquito del centro y lentamente ir abriendo hueco. Para eso hace falta paciencia y tiempo. Según el nudo claro, no es lo mismo el nudo de un hilo de algodón que el del pelo de una niña de tres años. Para los suspicaces, el de la niña es mucho más importante. Así que si me lo permitís, voy a desenredarme.

5/25/2010


-Te envidio
-¿Por qué?
-No tienes los ojos húmedos.
-Ya. Si me los quito, podemos jugar con ellos...




Imagen vista en: Fiesta fácil.

Tierra y agua hacen barro

Nunca se le dio muy bien correr. Se le enredaban las piernas y caía de bruces al suelo. Sí, como el señor de la foto, exactamente igual. No necesitaba barro, pero cuando lo había todavía se enredaba más y caía mejor. Se le daba bien, lo de caer digo. No necesitaba a nadie que la empujase. El pie derecho ponía la zancadilla al izquierdo y al revés, todo muy cooperativo. Si había llovido, aprovechaba, por supuesto, hundía demasiado el pie y así no había quien saliera. El barro se le metía en la nariz y en la boca y, claro, no le dejaba respirar. Ella se ahogaba, pero bueno, son cosas que pasan. Cuando otro corredor pasaba a su lado le decía lo bien que iba, lo que podía lograr, lo buena que era. Y ella con los brazos hundidos por intentar levantarse sintiendo deslizarse por las piernas nosémuybienqué asentía con la cabeza, tragando más barro. Así no se puede. Al final hincando una rodilla en una profética piedra (y despellejándosela de paso) y un codo en la profundidad un poco más seca lograba incorporarse, hecha un cristo, eso sí, pero incorporada, oye. Y volvía a levantarse y volvía a correr y se volvía a caer... Claro, era lo esperable, tardó mucho en darse cuenta de que se le daba mejor andar. La cosa es que ella quería correr como si fuera una gacela, pero era un elefante. Un elefante torpe para más señas. Claro, pon a un elefante a correr entre los pasillos mínimos de los comercios cutres: todo se va al suelo. Y ese acabó siendo su lugar, el suelo del barrizal, buscando la piedra profética de turno. . . Hasta que un día, doblemente hundida, casi ahogada por el barro, al levantar la vista, hete aquí que había una mano que le ofrecía su ayuda. Hete aquí...


Imagen vista en: El camino hacia

5/24/2010

Menuda colección

Suelo olvidarlo... pero cuando estoy sola y la coraza ya no tapa nada... duele y se clava en la base con una aguja que hunde pero no traspasa... menuda colección de penas guardadas debajo de tanta comprensión... seguiremos sin decir nada hasta que pueda volver a ocurrir, el apoyo, el descanso, el cariño, los mimos, tu nombre y la desnudez; al final, siempre la desnudez.

5/21/2010


Son sólo las 9:34 y, sin embargo, ya es muy tarde.

Lágrima (II)

Ya está. He hecho PUM. Y he abierto los ojos. Y he reconocido el mundo que estaba acostumbrada a ver. Y ya está. Nada duele tanto. Era sólo tu mirada transplantada a la mía. Me ahogaba la garganta tu lengua. Y ya está. Ya ha pasado. Vuelvo a ser la chica del fondo a la que no veías. Puede seguir diciendo tonterías que no llevan a ningún sitio. Todo el mundo mira a las chicas tristes, pero nadie se atreve a tocarlas, temen que sean volátiles. Ellas, a veces, se lo creen.
La clave está en la frase: "La lágrima de una mujer divide el mundo en dos." De la tierra partida sale el fuego que me quema los pies y me pone en movimiento.
La lágrima de una mujer.

5/20/2010

Yo...

...estoy recogiendo todas las lágrimas. Tengo mucho cuidado, procuro no dejarme ninguna.
Estoy recogiendo todas las lágrimas y metiéndolas en bolsitas blancas.

Ahí se me escapa otra...

5/18/2010

Siempre la misma asignatura para septiembre




"Las cosas que no te pude responder" Marwan

Sólo silencio

arena cal arena

Una de cal y otra de arena. Una de cal y otra de arena. Una de arena y otra de cal. Una de cal y otra de arena. Una de arena y otra de cal. Doble ración de arena. ¡Venga esa cal!
Con tanto cambio al final no vas a saber qué darme o no voy a saber qué coger yo.

5/17/2010

Reinterpretando IX

Desde Antes de que cuente diez, "Me acordé de ti" del Sr. Fito Cabrales y sus Fitipaldis.

Tal vez sea esta la canción, la que nunca te escribí... qué será de ti. Yo me fui no sé hacia dónde y yo solo me perdí. Hay un niño que se esconde siempre detrás de mí. Y la vida te dará de este cuento más de la mitad. Soy mentira. Soy verdad. Mi reflejo vive preso dentro de un cristal. Cada frase que escondí... Tú acuérdate también de mí. Nunca se para de crecer, nunca se deja de morir.

A veces no sé ni para qué me molesto. Sé que dentro de dos segundos vendrás con las gafas de ver bonito y me harás cambiar de opinión; pero, de verdad, que a veces no sé porqué me molesto.

5/16/2010

Lágrima

Te voy a regalar una lágrima.
¿Qué harás con ella?

5/15/2010

I, II y III

I
Me miras. Inexpresivo. Casi... Serio. Sí, esa es la palabra. Me miras serio. Y a mí me llevan temblando las piernas un rato. "¡Anda!" Te miro estupefacta. "¡Venga!" Y miro la montaña desde los pies hasta la cima. Y te miro. "Pero, ¿cómo voy a subir eso?" Tú me miras más estupefacto aún "Pones una mano aquí y un pie aquí y vas trepando" Y eso es lo que haces: empiezas a subir como si lo hicieras todos los días. Y te miro. Y pienso "Pues a lo mejor, yo también". Y la primera pierna que muevo me pesa horrores y buscar otro saliente me da vértigo aunque estoy a ras de suelo. Desde arriba: "Sigue" y yo sigo. No sé muy bien porqué, pero sigo. Y coronamos la cima. Y todo parece haber sido tremendamente fácil.

II
Ando despacio. Ya no estás tan cerca. Hace un sol radiante. Quiero disfrutar de esto. Me agacho y cojo margaritas. El sol brilla deslumbrando el horizonte. El azúcar se esnifa con el aire. La piel está caliente y la playa cerca, pero todo sigue siendo verde. Y de pronto: un desfiladero ¿QUÉ COÑO HACE AQUÍ UN DESFILADERO? Me acerco hasta el borde. Y me asomo. Y qué vértigo sin bajar los ojos. Pero quiero saltarlo. Así que balanceo un poco los brazos y doblo las rodillas. "Daré un salto patatero y ya está". Y sigo balanceando los brazos. Y sigo. Y con la certeza de ser ridícula, me yergo y, entonces, te veo. Tu estás al otro lado En la orilla. Nos separa una grieta en la montaña. Me miras atento. Me dices que esperas. Y la grieta se sobredimensiona. La distancia se vuelve real.

III
Me pregunto cuánto puedes esperar.

A mí, que siempre se me cae la aguja cuando intento enhebrar el hilo, me dicen que me toca ahora abrir puertas.
A mí, que me tiemblan las muñecas cuando me aguanto los puñetazos, me dicen que soy guapa por la calle.
A mí, que las neuronas me hacen corticircuito cuando nos cruzamos y no me lo espero, me dicen que hablo sin sentir.
A mí, que me he cansado de esta montaña, me dicen que puedo con todo.
A mí nomás me apetece tumbarme a tu lado y fumarme un cigarro. Y que el mundo pase. Y que no cuenten con nosotros.

5/12/2010

mezcla

Tócame despacio.

Tócame rápido.
Tú, tócame despacio para sentir que estás aquí.
Tú, tócame rápido para que no me desintegre.
Pero todavía no os mezcléis.
Todavía no.
Tú, mírame a los ojos.
Tú, mírame a los ojos.
Haced lo mismo,
pero todavía no os mezcléis.
Todavía no.

4/10/2010

Sutil

La diferencia entre una y otra es que cuando estás con la una pones tu canción favorita de música ambiente y a la otra le mandas un enlace para que la escuche. Sutiles, pequeños detalles que sin tener importancia son lo más importante.

Paso frío y ya ha llegado la primavera. Tiene delito...

4/05/2010

Profesor

Tenía un profesor al que nadie leía.
Hoy, lo leo.
No es que sea mucho, pero por uno se empieza.

3/22/2010

Es verdad, últimamente no hablo nada... tengo tan poco que contarte.
Tan, tan poco.

Al principio...
El mundo era una pelota
que nos pasábamos al grito de ¡País va!
y nadie decía nada de fronteras,
como mucho cambiar alguna peseta por un par de francos.
Aceite flotando en la superficie,
una suma abstracta de tontería y parsimonia.
Torpes como ciervos recién nacidos,
tropezando con nuestras propias piernas,
zancadillas las llaman.
Y de fondo,
música de violines.

Luego,
separar el grano de la paja...
ya se sabe, los chinos trabajan el doble por la mitad.
Vomitábamos jugando a la oca con vasos de kalimotxo
en bares demasiado claros para ser bares.
Mentíamos sobre nuestra edad.
Masticábamos los secretos menos callados
en viajes de cuatro semanas.
Todo era tremendamente barato, accesible y ligero.

En un avión, me pintaron una diana en la cabeza.
Empezó a hacer frío.
Vi el cementerio de cerca y decidí quedarme allí para siempre.
No he vuelto a salir.

3/16/2010

Que no me importara

Quería que no me importara.

Ya sabes, seguir andando con la sonrisa y bailar la canción más heavy del bar. Cruzar los pasos de cebra pisando sólo lo blanco y pararme en seco después. No mirar atrás y si se me escapa una lágrima, cazarla con la lengua.

De verdad que quería que no me importara.

Y vivía, tomaba cervezas después de trabajar, daba paseos nocturnos y me reía con nuevos o viejos amigos cada nada. Seguía con mis libros, de vez en cuando garabateaba palabras en un papel, fumaba y bebía café.

Quería que no me importara, pero me resultaba difícil. Muy difícil. Y acabó por importarme, claro.

Pero tú no te preocupes, que ya sabes que siempre salgo del barro. De vez en cuando se me cae la coraza y hablo un poco y reconozco que, desde que te fuiste, me falta un violín. Y se me empañan los ojos y me invento realidades alternativas. Y alguna que otra, lo digo, a ver qué pasa. Y no pasa nada. No nos cruzamos ni suena el teléfono. Mi madre decía que las palabras son evocadoras, pero a ti no te traen. Y anochece y amanece y el mundo vuelve a empezar.
Día a día, amontonando piedras.


Imagen de A.I para Información.es

3/10/2010

Qué bueno es reconciliarse con los recuerdos que ya pasaron. Era normal que quisiéramos enamorarnos.

Sin orejas

Tú, besando bocas en los portales, y yo, cerrando los ojos para verte, tiene narices.


3/04/2010

Crees que soy tan fuerte que no te necesito.
Lo que ocurre es que me cuesta tanto que no sé pedírtelo.

3/03/2010

Quería escribir

Quería escribir.
Quería escribir algo lento. Tan lento que pudiera ser. Tan lento, tan lento que tan lento no fuera talento. Quería escribir algo que sonara entero. Algo que no fuera una ñoñería ni tuviera sobredosis de azúcar.
Quería escribir jadeos. Jadeos de sílabas. Que se oyeran todas. Que ninguna se extraviase.
Quería escribir jadeos lentos para palabras con mal karma. Palabras partidas de antes. Palabras bañadas en whisky con cocacola que no acababan de marcharse.
Y hay que decirlo lento. Que esto es algo que no se puede decir rápido.
Quería escribir.
Quería escribir todas las letras para que se oyeran.

Es sólo que, lo que quería decir, no podía ser leído por todos.

2/17/2010

Me pesa todo tanto que me está empezando a hogar.

2/11/2010

El punto

Vengo con el lápiz, ahí, remarcando bien los puntos; que ya vale de tonterías, que ni tú eres tan cabrón ni yo soy tan buena. Que tengo mis maldades, mis maldades gordas; pero no lo publico porque no me apetece. Que me río de cosas que no debería, pero ¿qué le vamos a hacer? me hacen gracia. A quien no le guste que mire para otro lado, que ya me he cansado yo de desviar los ojos. Que sí, que mi silencio no significa que te dé la razón, ni siquiera que esté de acuerdo. Pero te dejo decir, porque creo que no lo vas a entender y no tengo ganas de esforzarme. No, primo, no tengo ganas de sacar las espadas, enzarzarnos en una lucha desde los pedestales y meternos un piñazo de los gordos; por eso te dejo decir... Que yo haré lo que me dé la real gana. (Si eso, gracias por intentarlo).
Que puedes llamarme rubia o morena, que me da por ponerme peluca y a ver si te acuerdas de qué color tengo el pelo... Tanto mirar para no ver nada. Tanto buscar para que lo que encuentres sea una soplapollas y encima vengas a tocarme los cojones. Si quieres soplapollas, quédate con ella y a mí déjame seguir con mis cuentos. Sigo creando historias cada día, voy dejando ramilletes de romero en las casas que destrozaron las tormentas de estiércol. No es mucho.

No te preocupes, tengo lo tuyo preparado para mañana.

2/08/2010

Quiero salir de esta mierda.
Pero no sé.

Esa es la más puta de las tragedias. Querer salir y no saber. Darse cabezazos contra la pared. Como si una sólo pudiera darse cabezazos contra cosas duras. Claro que son mucho más efectivos, pero... ¿qué hay de esa sensación? Sí, sí, cuando te lanzas hacia una tela colgada de una cuerda. Cuando te lanzas, concentrando toda tu fuerza en el empujón... y no hay resistencia. Y te sientes más tonto, más débil, peor que antes.
Porque ya vale... ya vale de darse de cabezazos... JODER que ya está bien, que me harta llamarte y que no haya respuesta, que me harta jugármela y que nunca estés, que me harto de ser siempre la que pone la otra mejilla, que me harto de seguir echándote de menos, que quiero matarte abrirte las tripas y que dejes de respirar, que quiero matarme abrirme las tripas y dejar de respirar y dejar de respirar y que todo se acabe.

No quiero seguir tragando.

2/03/2010

A veces yo también tengo ganas de vomitar, de abrirme el estómago por el ombligo, rasgando si se pudiera la carne en dos, ver mi cuerpo abierto, mi sangre desparramada, mis tripas al descubierto. Vivir una explosión interior que signifique renacer, porque me harta tanto aguante por dentro.

Ahora vendrás y dirás que lo que necesito es un buen polvo. Y ¿quién soy yo para negarte eso? Claro que necesito un polvo y no uno, dos, tres o treinta y seis. Una buena sesión de sexo para salir con más ganas de reventar el mundo. De decir dos cositas, de callarme treinta y cuatro. De soltar un libro en cada hueco que vea. De pintar mazorcas de maíz en el asfalto. De contarte las pecas que no se ven. De escuchar rap y heavy. De darte un piquito. De presentarme en el juzgado el día de su boda. De salir. De dejar una cara rota sólo con mirarla. De gritar a una imbécil que es imbécil. De saltar sobre una espalda y hacernos una foto. De ir a la plaza del Pilar y girar y girar. De dar una respuesta cuando me pregunten.
Sólo son más ganas. Todo eso lo puedo hacer también.

1/23/2010

Secretos


Escucha los secretos que su mano le cuenta. No quiere más. Tiene suficiente... Siempre sus dedos contándole secretos. Y cuando viene el frío se cubre con una capa de hielo y sigue apoyada en su cama, sin hablar. Recoge las piernas como hacía en el vientre de la madre que no tuvo. Y, encogida, respira la vida esperando el sonido que la despierte.

Foto: Vanlat

1/20/2010

Algo pasa...




El efecto dominó. Algo entre vos y yo. Eso me confunde mucho.

Y no quiero entusiasmarme con palabras. Ya no hago más que especular.... Mejor sería demostrártelo...

Descoloque

Vamos a tener que hacer algo con este descoloque y este poco encontrarnos. No puede ser que andemos cambiando de posiciones y jugando al ratón y al gato. Deberíamos centrarnos un poco. Por lo menos empezar en el mismo punto. Luego si quieres nos dispersamos y hacemos un par de círculos cada uno a ver qué encontramos. Pero saber de dónde partimos tampoco estaría mal. Y es que a mí tanto cuento y tanto baile me empieza a marear. Que cuando tú quieres vals yo tengo rock an' roll y cuando me da a mí por lo lento tú tienes una bachata... Y es que o ponemos las cedeteras más cerca o yo pierdo el compás (no te aseguro que no lo vaya a perder en cualquier caso). En el fondo bastaría con saber... creo yo... pero la ignorancia resulta, todavía, dulce e infantil así que podemos mantenerla un poco más. Y en todo esto... ¿dónde estás tú? Con la camisa puesta y las gafas rectas, yo escurriéndome de la silla con los pantalones del pijama y la sudadera de estar por casa... Así... Y así es siempre... Excepto cuando nos desnudamos con la mirada... que los dos estamos vestidos... y desnudos.

1/17/2010

"...la diferencia entre una señora y una florista
no reside en cómo se comporten,
sino en cómo se las trata. Yo seré
siempre una florista para el profesor Higgins,
porque él siempre me trata como a una florista, y
así siempre lo hará;
pero sé que puedo ser una señora
para usted porque usted siempre me trata
como a una señora y siempre lo hará así."
Eliza Doolittle, Pygmalión de G. B. Shaw

Ahí está la base de todo. Lo que hemos hecho y hasta dónde hemos llegado. De eso se trata de ser una florista, o de ser una señora, o de ser una señora florista. De creer lo que eres. De saber lo que eres y, también, que puedes ser de otra manera. Que lo que hemos aprendido se desaprende, que la mejor razón para hacer algo es porque me apetece, porque quiero, porque merece la pena... Que no voy a saber quién eres hoy por todo lo que me cuentas de ayer. Que no vas a saber quién era ayer por todo lo que te cuento de ayer. Porque, además, todo te lo cuento según yo creía que era... y a lo mejor no es coincidente.

1/10/2010

Acabo de encender tu cigarrillo.
Sólo quería que lo supieras.

1/08/2010

Sé que me voy a enredar en tu cremallera, sé que me voy a enredar en tu cremallera...

Y también que no sé qué haré cuando no tenga excusa para verte.

No sé si me tienes prohibido...

1/06/2010

Invierno, primavera y muerte prematura

Colores del invierno, decías, colores abyectos y enfermizos. Yo te escuchaba, porque la verdad en mi cabeza abierta siempre venía de fuera. Y miraba donde tú mirabas y aprendí a distinguir los cuellos de cisne, las fajas ocultas y los pechos caídos que se turgían bajo un sujetador.
El tiempo me demostró que no tenías razón, que todos engañábamos y que la ropa sólo era una forma de incomunicación social. Hacía frío. Era invierno y la única manera era ir tapados hasta arriba, que no se viera nada, no enseñar nada y evitar ser reconocidos como seres humanos bajo capas y capas de licra, algodón y plastiquete del malo.
En medio de todo, mi cuerpo renacía y se definía como tal. Me volví cada vez más sensible, capaz de distinguir el más mínimo roce y disfrutar con él. Mi propio flujo de sangre me calentaba, no necesitaba más. Los trayectos diarios de riego sanguíneo se convirtieron en una tortura; sobre todo los días de vagancia. Esas mañanas en las que no quería salir de la cama, ni me estimulaba ir a clase, ni comer, ni quedar... Esas mañanas en las que lo único que tenía sentido era estar quieta y notar cómo latía mi cuerpo.
Llegó la primavera y los colores se volvieron vivos, dejando la muerte a un lado. Resulta muy cruel morir en abril o en mayo, cruel y absurdo, triste el apagarse con esa explosión de intensidad a tu alrededor; pero te dio igual. Dejaste la lógica a un lado, fallaron todos tus principios y en el resurgir cerraste la cuenta. Y mi cuerpo seguía renaciendo, cada día nos despertábamos los dos: mi cuerpo y yo. De forma separada y unida. Calibrando nuestras propias fuerzas en una lucha por el control final. Solía ganar yo, todo hay que decirlo. Aprendí a sentir sin pensar qué era lo que sentía, hacia dónde podría llevarme y mi cuerpo se dejó vencer de manera silenciosa. Todas las ollas a presión necesitan una válvula de escape y esta no era diferente. Su detonante era el alcohol y la caricia; simplemente. Aquellos dos elementos, extraños a la cadena de mando que había conseguido organizar, eran la crisis del sistema. La muerte total del orden establecido. Y tú siempre estabas ahí para recordármelo.

1/03/2010

Me toca los cojones encontrarte en todas partes, reina mora.

De verdad de verdad que me toca los cojones. Sé que tú no me miras, que no me ves y que te importo un comino, pero, chica, que cada vez que vaya a andar te pongas delante... Tiene cojones la cosa...
Yo no sé qué te ven, bueno sí lo sé, pero no quiero pensar que eso es lo que quieres que te vean... No sé si me explico. Yo si quieres te lo aclaro en petit comité... Sólo espero que tú lo reconozcas, me refiero a esa manera de vender, de regalar, todo lo que puedas usar para esto... Sólo espero que luego les digas que no vas bien, que veas, que oigas y que seas crítica. Mi oído no es muy bueno, pero hay que ver como chirría con según qué cosas...
De todas formas y pese a todo, felicidades... supongo que también hay que fijar la vista en los enganches que te has currado. Déjame ser mala y preguntarte cuántas promesas que no cumplirás hay detrás de todo. Cuántas mordidas de lengua y cuántas bajadas de pantalones. No sé qué es mejor. Tampoco me importa. Hay que ser trepa. Muy trepa.
Me das ganas de llorar.
Entre rabia e impotencia, todo lo demás.
Pero es que... ya se sabe...
Quien a buen árbol se arrima...

Por cierto... Enhorabuena... si eso.